Con la figura del community manager creo que está pasando lo mismo que aconteció con la profesión de periodista: ninguneo. Los profesionales del Periodismo (o de Ciencias de la Información) deben pensar que sus estudios, sus años de carrera, su bagaje y el capital invertido, queda a la altura del betún cuando las rapiñas del corazón se etiquetan con pasmosa facilidad con un título que ni tienen, ni se han trabajado, ni lo piensan.
Desde que la gestión de comunidades virtuales requirió la necesidad de poner nombre y cualidades a esa labor, la profesión de community manager está a la altura de la Prima de Riesgo: en alza pero en total devaluación. Cualquiera que “maneje” cuentas en Twitter, Facebook o Pinterest, presume en sus perfiles profesionales de ser un community manager. Y ésa no debería ser nuestra realidad.
Profesionales del mundo 2.0 como Dolores Vela o Inma Jiménez, han incidido con gran acierto y criterio sobre la verdadera raíz de una profesión que sigue prosperando y creciendo, que se configura en la medida que las propias redes sociales han evolucionado del 2.0 al 3.0, en las que saber contar, emocionar, manejar con eficiencia las herramientas, conocer a la comunidad, responder en momentos de crisis y generar engange predomine por encima de la acción propia de un posteo dictado o un RT mecánico.
La labor de AERCO-PSM batallando para aunar criterios, argumentos y puntas de lanza contra el intrusismo, la obscenidad de cursos de “todo a cien” o la necesidad de una titulación con peso y sin fisuras, topa de bruces con la constante presencia de esos lamentables ejemplos como los cursos de Groupon, o intensivos seminarios de una mañana, o concursos (que algunos llaman procesos de selección) como el de 100 Montaditos, o en su momento el de Fanta…, que tan sólo ponen en el barro, cual luchadoras entregadas y con poca ropa, un lamentable espectáculo que desmerece la fiabilidad de una dedicación, de una formación y una entrega que está por encima de horas, días e incluso de etiquetas.
No por tener un título universitario se es más que uno que no lo tenga, ojo, pero lo primero incurre en una serie de requisitos, obligaciones, conocimientos y hábitos que consolidan la experiencia. Si bien es cierto que la formación en este país adolece de pasearse por el laboratorio de la realidad laboral, debemos tener claro que una buena receta profesional, como las culinarias, se asientan sobre una dosis real de ingredientes que parten de la investigación, de la teoría, del conocimiento, y de la práctica, pero sin lo primero, nunca se conseguirá ser un verdadero chef del social media management.
@JgAmago para @thetopictrend
Un Comentario
Buen artículo, hay mucha novedad o mucha confusión en todo esto, y además hay que añadirle la situación actual con la que esta cayendo. Todo ello hace que el intrusismo sea enorme y la gente ademas tiene un gran desconocimiento del tema, piensan que hacer Community Management es trastear la cuenta de FB o de TW y poco mas. Afortunadamente es bastante mas complejo y el tiempo irá poniendo las cosas en su sitio cuando ven que su ahorro de dinero se traduce en nulos o escasos resultados.